El perito médico en materia socio-laboral
Extraído de Conferencias para Asociaciones de pacientes afectas de enfermedades reumáticas (Fibromialgia, Síndromes de Sensibilidad Central, Síndrome de Fatiga Crónica….
Un PERITO, no es alguien que cambia la bata por la toga, si no que pone sus conocimientos de médico y su especialidad al servicio de la Administración de Justicia y en definitiva ante un juez, informando de aspectos directamente relacionados con materia médica que afectan al rendimiento laboral y la discapacidad o el daño por lesiones,
La pericia realizada de parte a efectos de resolución negativa de Incapacidad Permanente, debe de estar respaldada por la solvencia científica o la especialización del perito que la hace. Requiere celo y preparación.
La pericial ha de ser honesta, objetivada por los correspondientes informes médicos. Pero, además, ha de ser clara.
Cuando se agotan todos los recursos para hacer valer sus derechos como afectados. Muchos pacientes tienen que recurrir a la vía judicial. En estos casos, el paciente, se encuentra desorientado, en donde debe recurrir
En estos casos, el perito médico puede asesorarle de las posibilidades reales de que obtenga un reconocimiento de sus limitaciones en los Tribunales de Justicia
Y si las hay , realmente hacer visible las limitaciones que padece a través del examen médico y la elaboración de un Dictamen Médico-Laboral y su ratificación en el día del Juicio.
Antes de iniciar cualquier reclamación judicial aconsejo:
- Intentar mantenerse en una vida laboral activa. Cuando esto no es posible por el daño y las limitaciones que generan en el paciente y la incompatibilidad con un actividad laboral reglada. Cuando los períodos de agudización son cada vez más reiterados. Cuando se han agotado los periodos por Incapacidad temporal, o las Unidades de Valoración de Incapacidades o los Equipos de Valoración y Orientación han resuelto de forma negativa sobre una incapacidad /Discapacidad.
- El inicio de uno de estos procesos puede ser gravoso, largo, y de resultado incierto en algunos casos. Por ello es recomendable:
- Buscar asesoramiento pericial-médico.
Lo ideal sería que el perito fuese especialista en la materia de la que se va a debatir. Si las dolencias que afectan al paciente son cardiacas lo ideal sería que actuara un perito-cardiólogo, en enfermedades del aparato locomotor, lo ideal es que el perito fuese reumatólogo. En la práctica es altamente difícil, pues la mayoría de especialistas no ejercen como peritos.
Existen buenos clínicos que son malos peritos y buenos peritos que son malos clínicos, de tal manera que los requerimientos ideales para esta prueba pasarían por ser un buen clínico y también un buen perito.
El perito ha de actuar con precisión, analizando las dolencias desde la perspectiva funcional y en un lenguaje comprensible, dirigido a un lego en medicina, al destinatario último, que es el juez.
OBJETIVO: La valoración de las lesiones, secuelas o la repercusión funcional de enfermedades sobre el rendimiento laboral, quedan plasmadas por el perito en un documento que es el Dictamen Médico.
La FINALIDAD de un Dictamen es poner en relación las dolencias del paciente con las limitaciones que le ocasionan en el desarrollo de las funciones elementales de su profesión. En cambio, la finalidad del Informe clínico es el diagnóstico y tratamiento destinados a la curación del paciente.
El DESTINATARIO último del Dictamen es el juez, mientras que en el informe clínico está destinado para el paciente y futuros actos médicos que se le hagan, al objeto de que se tenga en cuenta todos los procesos comórbidos que afectan al paciente.
Por ello, el LENGUAJE en el Dictamen debe ser claro, sencillo, comprensible para alguien que no es médico. El Informe está lleno de tecnicismo, y jerga médica.
El informe pericial ha de ser también ratificado en juicio porque, si no sucede así, se queda en un mero certificado médico, que no permite el debate y la contradicción.
El perito ha de hacerse oír y entender dando explicaciones breves de materias complejas y hacerlo con un lenguaje claro y entendible.
Ha de ser modesto, evitando una lucha de egos (del médico, con los letrados de contrario, situación frecuente), lo que no significa tampoco ser pusilánime ni inseguro cuando se responde a las preguntas de las partes o del mismo juez.
Debe de estar preparado para preguntas no previstas, sorpresivas, careos improvisados por la parte contraria. Las dudas pueden ser demoledoras.
No existe incapacidad por enfermedad, sino incapacitados, en función de cómo le afecte a la persona dicha enfermedad. ¡¡ Asesórate a través de un buen perito ¡¡.
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