Tarde, pero ya llegó el OTOÑO vestido de telas grises, brumas de satén plateado, y delicadas sedas de color ceniciento.
Llegó con rasos plomizos y lágrimas finas. Los rayitos de sol dulcifican el ambiente con su piadosa luz a primeras horas de la mañana, y en algunas de sus tardes se pondrá su mantilla dorada. Se prepara para hacernos un brillante strip tease.
Los Años, con cada estación se renuevan. Se va una hermosura y llega otra: Bienvenida y adiós. Con pesadumbre se ha ido el verano y comienza a instalarse el otoño: Adiós y bienvenida. Nosotros estamos buscando ropa que ponernos, pero él otoño tiene ropa que quitarse.
Hay una edad en la que siempre es verano, y otra en la que el otoño, se va instalado lentamente en el corazón.
Aunque yo no tengo prisa, el Otoño es una estación para la reflexión y la serenidad. Un tiempo que invita a recogerse: sobre todo, a recogerse cada uno en sí mismo.
Disfrutad de vuestro otoño…