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Biológicos

Con la aparición de los tratamientos biológicos, aconteció un cambio sustancial en el control de las enfermedades reumáticas. El reumatólogo empezó a ser realmente útil en el control de la enfermedad. El mito de que “el reuma no se cura” desapareció. En las consultas de reumatología cesaron de aparecer los pacientes con deformidades en las manos con las que podríamos diagnosticarle tan solo entrando en la consulta. Se mejoró la esperanza y la calidad de vida del paciente reumático. Estos tratamientos abrieron una era en la terapia antirreumática.

El tratamiento biológico, tiene por objeto frenar la progresión de la enfermedad. Disminuyen el dolor y la inflamación con gran eficacia y retrasan el daño estructural articular y la discapacidad. Son fármacos de prescripción hospitalaria.

Se usan en escalada después de fracasar el tratamiento con FAMEs. No obstante, resultan más eficaces combinado con MTX.

Se recomienda antes de uso batería estandarizada de pruebas complementarias, la vacunación antineumocócica y la de la gripe, así como la vacuna VHB. Suelen tener escasos efectos secundarios. Antes de su uso es necesario descartar enfermedad maligna o hematológica, insuficiencia cardiaca congestiva, o enfermedades desmielinizantes del sistema nervioso central. Durante su uso no debe quedarse embarazada o dar lactancia

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