A pesar de que la gota es conocida desde la época del Antiguo Egipcio (Papiro de Ebers) y de la alta prevalencia de la esta enfermedad en la población española (hasta el 2,4% -4,6% en hombres y 0,4% en mujeres- la padecen, existe un gran desconocimiento sobre esta enfermedad. El 43% de la población no la considera una enfermedad, y un 42% piensa que es incurable.
La gota es una enfermedad curable. Se produce por la formación de cristales de urato en los tejidos. Es la causa más frecuente de artritis y se asocia a un riesgo mayor de muerte prematura y a una pérdida de calidad de vida.
Carlos V de Alemania y I de España, el rey Enrique VIII de Inglaterra, Felipe II de España, el pintor Francisco de Goya, o el tenor Luciano Pavarotti son algunos de los personajes famosos que la sufrieron.
Siempre se ha vinculado como causa de la enfermedad a un estilo de vida desahogado y licencioso, en comidas y alcohol. Sin embargo, el aporte de ácido úrico por la alimentación no supera un tercio del total de ácido. El 75% del mismo, se genera por reutilización de productos de degradación de las células. La gota se produce mayoritariamente por una deficiente eliminación del ácido úrico, y no por un aumento de su aporte o producción.
Las principales manifestaciones clínicas de la gota son la artritis aguda (inflamación brusca de las estructuras que forman las articulaciones), la acumulación asintomática de depósitos de cristales de urato en los tendones, los tejidos o las partes blandas (tofos), los cálculos de ácido úrico en las vías urinarias (urolitiasis), y el daño renal (nefropatía gotosa).
¿ES POSIBLE CURAR LA GOTA TAN SOLO CON DIETA?
La dieta y el estilo de vida son poco eficaces por sí solas de modificar las concentraciones de ácido úrico. Por lo que, si quiere curarse deberá recibir además de un tratamiento farmacológico.
Como medidas generales, es recomendable:
- Realizar ejercicio físico regular.
- Mantener un peso adecuado.
- Seguir una dieta mediterránea.
- Evitar un exceso de sal, azúcares refinados, proteínas y bebidas con contenido alcohólico, o zumos industriales con fructosa.
- Evitar otros factores de riesgo cardiovascular, como el consumo de tabaco o nicotina.
TRATAMIENTO FARMACÓLOGICO
Se suele iniciar el tratamiento farmacológico, tras el segundo ataque de gota, o la presencia de tofos. En pacientes con riesgo cardiovascular alto, insuficiencia renal crónica, o personas menores de 35 años, se puede iniciar el tratamiento tras la aparición de los primeros síntomas y un diagnóstico de certeza.
- Los inhibidores de la xantina oxidasa (alopurinol y febuxostat) inhiben la sobreproducción de ácido úrico.
- Los agentes uricosúricos (benzbromarona y lesinurad) aumentan la excreción de ácido úrico. La benzbromarona está indicada en pacientes con gota grave en los que la toma previa de alopurinol haya provocado efectos secundarios o haya resultado ineficaz.
- La terapia combinada (inhibidor de la xantina oxidasa + Lesinurad).
De no tratarse adecuadamente, la gota puede llegar a ser grave y limitante.
Si se toman las decisiones terapéuticas adecuadas, tanto a corto como a largo plazo, podrán alcanzarse los objetivos del tratamiento: disolver los tofos, evitar los episodios agudos de inflamación, prevenir el daño tisular y conseguir la curación de la enfermedad y con ello sus consecuencias: destrucción de las articulaciones y riesgo incrementado de muerte cardiovascular.
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