La CoQ 10 se aprobó por primera vez en 1976 como un fármaco cardiovascular para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca en Japón.
Posteriormente, comenzó a prescribirse para un número cada vez mayor de afecciones y patologías físicas:
- Envejecimiento,
- Miopatía,
- Miocardiopatía,
- Hipertensión arterial,
- Dislipidemia,
- Tratamiento con estatinas,
- Migraña,
- Diabetes,
- Infertilidad,
- Ataxia de Friedreich,
- Enfermedad de Parkinson,
- Enfermedad de Huntington.
A esta lista ya extensa, la Fibromialgia (FM) se agregó hace unos 10 años al considerarse que en algunos casos la deficiencia de CoQ 10 y la disfunción mitocondrial están implicadas en su fisiopatología.
Sin embargo, muchos de estos estudios son experimentales, tienen lecturas sesgadas de sus resultados, el número de pacientes inscritos en los estudios suele ser limitado, lo que resulta de una evidencia inadecuada que no se puede ampliar a toda la población FM.
Esta revisión tiene como objetivo resumir las evidencias científicas que soportan la suplementación del CoQ10 en los pacientes con fibromialgia
El Coenzima Q
El CoQ 10 se biosintetiza en todos los tejidos y se recupera en todas las membranas. En los tejidos humanos, la mayor cantidad se encuentra en el corazón, el hígado, los riñones y los músculos.
La coenzima Q 10 se encuentra principalmente en carnes y pescados y, en cantidades menores, en algunas verduras. Resulta un factor clave en la fosforilación oxidativa y los mecanismos de producción de ATP a nivel mitocondrial.
Quimicamente, es un derivado de la benzoquinona de origen natural ampliamente prescrito como complemento alimenticio (Ubiquinona, ubiquinol) para diferentes condiciones físicas y patologías.
La ubiquinona Interviene como cofactor clave en los complejos enzimáticos mitocondriales.
El ubiquinol tiene potentes propiedades antioxidantes en las lipoproteínas sanguíneas y las membranas celulares.
La ingesta diaria recomendada de CoQ 10 de fuentes exógenas varía de 30 a 100 mg para personas sanas, pero aumenta hasta 60 a 1200 mg cuando se usa como suplemento complementario en algunas de las anteriores afecciones patológicas.
La Fibromialgia
La fibromialgia es un síndrome complejo cuyo marco fisiopatológico aún se está definiendo. La hipótesis más unánime es la asociada a una disregulación en los mecanismos de control del dolor por parte del sistema nervioso central.
No obstante, distintos trabajos han informado de una disfunción mitocondrial (cambios en el número y el tamaño de la mitocondria, concentraciones de ADN mitocondrial y niveles de CoQ 10 reducidos, una mayor expresión de interleucinas proinflamatorias IL-1β e IL-18, niveles más altos de TNF-α, disminución de la biogénesis mitocondrial, y reducción del consumo de oxígeno, y expresión del gen AMPK) en los pacientes sintomáticas con FM.
En base a ellos, se prescriben regímenes dietéticos personalizados en donde se prima la suplementación de minerales, como selenio, zinc, hierro y magnesio, vitaminas como B9, B12, A y D, así como antioxidantes, y entre los más explotados el CoQ 10.
No existe un consenso de la comunidad científica sobre el uso de estos suplementos. Una mirada más cercana a los datos disponibles pone de relieve la falta de una base científica sólida y clara para justificar el uso de la CoQ10 como base del tratamiento en la fibromialgia.
Y por otro lado, la eficacia funcional de esta suplementación adolece de límites claros y evidentes de su eficacia.
Existen publicaciones con mejorías y otras que no lograron demostrar ninguna eficacia clínica, ni que su aporte mejorara los parámetros metabólicos o los marcadores inflamatorios, ni tampoco diferencias significativas en el contenido de CoQ10 tanto en la sangre como en el músculo de pacientes con FM en comparación con sujetos sanos.
Conclusiones
Se requieren ensayos prospectivos y aleatorizados, con un número elevado de pacientes con fibromialgia y comparar la eficacia del CoQ10 frente al placebo, para corroborar la eficacia de CoQ 10 en el manejo de la FM observada en estudios pilotos.
Su prescripción debería estar soportada con la constatación de un déficit de CoQ10 en el paciente.
La evidencia científica disponible no justifica el uso generalizado de esta suplementación alimenticia en los pacientes con fibromialgia.
Bibliografía
Luca Campisi, Concettina La Motta. The Use of the Coenzyme Q10 as a Food Supplement in the Management of Fibromyalgia: A Critical Review. Antioxidants. 2022 Sep 30;11(10):1969. doi: 10.3390/antiox11101969.
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