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Un juramento hipocrático para la Medicina del S. XXI

El Juramento Hipocrático (JH), son un conjunto de normas de actuaciones en las que se señala el compromiso ético y profesional, que los médicos debemos tener con nuestros pacientes y la sociedad en la que ejercemos.

Desde la última vez que renové mi Juramento Hipocratico en 2007 y miembro de la International Hippocratik Foundation of Kos,, la vida ha cambiado mucho y no todas las premisas del Juramento Hipocrático continúan vigentes en el momento actual.

La relevancia del Juramento hipocrático en el ejercicio profesional es considerado por médicos menores de 40 años de poco significativa. Este modo de opinar junto con los cambios que se están experimentado en la forma de atender al paciente (telemedicina), la recopilación de grandes datos Biomédicos (Bid Data), y realidad cada vez mayor del uso de la inteligencia artificial (IA), hace que nos planteemos nuevos principios éticos que debería tener un Juramento Hipocrático en la práctica la Medicina en el siglo XXI.

Cambios en la práctica de la Medicina en el Siglo XXI

El impacto de las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica, la realidad aumentada o la virtual, las aplicaciones de salud, los sensores o los dispositivos de diagnóstico portátiles están transformando la atención médica.

La integración de la tecnología digital en la vida diaria ha creado una nueva sociabilidad virtual, complementando y a veces reemplazando la interacción física.

Los datos digitales están transformando la forma en que nos relacionamos con nuestro entorno, afectando las relaciones personales, económicas y de poder.

Sin embargo, en el Juramento Hipocrático no aparece ninguna referencia a la privacidad, de los datos de salud que actualmente cualquiera de nosotros comparte en aplicaciones de salud, en el móvil, o en medios sanitarios. Por tanto, será necesario preservar la intimidad y la privacidad del paciente frente los intereses privados y gubernamentales. Podríamos añadir al Juramento Hipocrático:

«Respetaré la privacidad de mis pacientes y sus datos, porque sus problemas no me son revelados para que el mundo pueda saberlo».

El Mundo está interconectado, y los médicos no son los únicos depositarios del conocimiento médico. La torre de marfil de la Medicina se está desmoronando bajo el peso de la esfera digital, las redes sociales, o los pacientes empoderados. 

Hoy muchos pacientes tienen un amplio conocimiento de la patología que les afecta y, de su tratamiento. Son pacientes empoderados que están llevando al cambio de la relación jerárquica médico-paciente tradicional, hacia una asociación colaborativa médico-paciente.

El juramento tiene que abordar las relaciones sociales cambiantes dentro de la estructura del sistema médico y, por lo tanto: Podríamos añadir al Juramento Hipocrático:

Trataré a mis pacientes de igual a igual, asesorándole en mis conocimientos o reconociendo que no tengo los suficientes, y llamaré a mis colegas cuando se necesiten las habilidades de otro para la recuperación del paciente».

Es necesario conocer la tecnología que nos rodea en el campo médico y aprovecharla. Tenemos que reconocer el impacto transformador que las tecnologías médicas tienen en la atención sanitaria, tanto las soluciones tradicionales como las digitales (inteligencia artificial, la robótica, la realidad aumentada y la realidad virtual, las aplicaciones de salud, los sensores, y los dispositivos portátiles).

El manejo de estas nuevas tecnologías, requiere de un aprendizaje permanente por parte del médico. Por tanto, podríamos añadir:

Adoptaré el aprendizaje permanente para mejorar continuamente mis conocimientos y habilidades, y así utilizar cualquier tecnología con evidencia científica en beneficio de mis pacientes».

Los médicos deben conocer que la razón de ser de estas tecnologías es la curación, pero a la vez no olvidar que el eje central de nuestra intervención como médicos es el paciente.

Las tecnologías no deben desplazar u olvidar el factor humano de la medicina. La calidez, la empatía, el humanismo, la comprensión a veces curan más que cualquier fármaco o bisturí. Por tanto, podríamos añadir al Juramento Hipocrático:

 “Recordaré que tanto la medicina como la ciencia son un arte, y que la calidez, la simpatía y la comprensión pueden pesar más que cualquier tratamiento por innovador que sea.

 “Recordaré que no trato unas Analíticas, un gráfico de fiebre, un crecimiento canceroso o la propuesta de un algoritmo, sino a un ser humano enfermo”.

Así que este sería nuestro Juramento Hipocrático actual

Hago este juramento, solemne y libremente, bajo mi palabra de honor y prometo cumplirlo, lo mejor que pueda:

Adoptaré el aprendizaje continuo como medio de mejorar mis conocimientos y habilidades y así como para poder utilizar cualquier tecnología con evidencia científica en beneficio de mis pacientes.

Respetaré la privacidad de mis pacientes y sus datos, ya que sus problemas no me son revelados para que el mundo los sepa.

Trataré a mis pacientes en igualdad de condiciones y no me avergonzaré de decir «No lo sé «, ni dejaré de llamar a mis colegas cuando se necesiten las habilidades de otro para la recuperación de un paciente.

Recordaré que no trato una Analítica, una gráfica de un cuadro febril, el crecimiento bacteriano de una muestra, sino un ser humano enfermo, cuya enfermedad puede afectar la estabilidad personal y económica de su familia.

Recordaré que la Medicina es un arte, y que la calidez, la simpatía y la comprensión pueden influir en la curación más que el bisturí o el medicamento que recomiende

No permitiré que condiciones como la enfermedad, la nacionalidad, la orientación sexual, la religión, la raza, o la política se interpongan entre mis deberes como médico y el paciente.

Recordaré que sigo siendo un miembro de la sociedad, con obligaciones especiales para con todos mis semejantes, tanto los sanos, como para los enfermos.

Actuaré preservando las mejores tradiciones de mi vocación para experimentar el gozo de sanar a quienes buscan mi ayuda.

Si no violo este juramento, que pueda disfrutar de la vida y del arte, ser respetado mientras viva y recordado en un futuro cuando muera.

 

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