La idea de generar recomendaciones dietéticas para pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias surge de nuestra práctica clínica. Vemos que cuando los pacientes se enteran de que tienen poliartritis o espondiloartritis, comienzan a experimentar con diferentes dietas. Y cuando no obtienen buenos consejos y orientación de sus médicos, recurren a consultar en Internet y a veces de fuentes poco fidedignas.
Principios generales
- La dieta no sustituye al tratamiento farmacológico (antinflamatorios, metotrexate, agentes biológicos, etc.) los cuales son fundamentales para el control de la enfermedad, evitar la destrucción articular y la discapacidad.
- No existe ninguna dieta, ni ningún suplemento dietético que sirva para tratar la enfermedad y evitar el daño estructural.
- La intervención dietética es una forma en donde los pacientes se pueden involucrar activamente en el cuidado general de su enfermedad, más allá de simplemente tomar su medicación y puede darles una sensación de empoderamiento.
- Las intervenciones dietéticas pueden tener efectos articulares, y pueden ser beneficiosas en términos de salud cardiovascular y salud ósea.
Recomendaciones
Basadas en evidencias científicas y estudios aleatorizados y controlados.
Evitar la Obesidad y el sobrepeso.
Si padece de ellas intente perder peso. Sabemos que la obesidad hace muchos medicamentos sean más ineficaces y existe agravación de enfermedades como la artritis reumatoide y la artritis psoriásica. Cuanto más sobrepeso tiene un paciente, más activa es su enfermedad. Es decir los pacientes obesos, tendrán más dolor, más rigidez matinal y mal control de la enfermedad. Varios estudios controlados aleatorizados han demostrado que la pérdida de peso mejorará los síntomas articulares.
La realidad sigue siendo que no es fácil perder peso. Por lo que a veces es necesario recurrir a dietista que apoye y elabore un plan para disminuir de peso con cambios dietéticos a largo plazo. No se trata de buscar una dieta baja en calorías, que cuando termina la misma, otra vez se recupere el peso una vez abandonada la dieta.
La dieta mediterránea
La dieta mediterránea es la que ha demostrado mejor beneficio para la salud. No hay datos en la literatura científica que respalden que las dietas veganas, las dietas sin gluten o las dietas sin lácteos mejoren la artritis. Con estas dietas, los pacientes corren el riesgo de desarrollar deficiencias (calcio, vitamina B₁₂ y selenio). La dieta mediterránea la componen:
- Verduras y frutas (diario)
- Alimentos ricos en calcio (preferiblemente desnatados),
- Reducir el consumo de grasas saturadas (carne roja, leche entera, margarinas, quesos, y la contenida en pastelería)
- Aceite de oliva (grasas poliinsaturada)
- Cantidades adecuadas de hidratos de carbono (pan, arroz, pasta, patatas)
- Alimentos con fibra (pan integral, cereales con fibra, etc.).
- Evitar bebidas alcohólicas
- Pescado, especialmente pescado graso;
- Carne (preferentemente blanca –pollo, conejo, cerdo)
Además, haz ejercicio y mantente hidratado.
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