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Información para pacientes con gota

Es conocido la falta de cumplimiento terapéutico en los pacientes con gota. Sin embargo un reciente estudio mostró que tras una explicación pormenorizada de las características de la enfermedad y su tratamiento, más del 90% de los pacientes gotosos resultan buenos cumplidores. (Rees F, Jenkins W, Doherty M. Patients with gout adhere to curative treatment if informed appropriately: Prof.-of-concept observational study. Ann Rheum Dis 2013; 72 (6):826-30).

La gota es una enfermedad curable. Es habitual que pacientes que han sufrido ataques de gota, si bien estos hayan sido resueltos adecuadamente por diferentes médicos, no hayan conseguido evitar que se sigan repitiendo los ataques, afectando a nuevas articulaciones. Para que esto no te ocurra, te facilito una información resumida basada en mi experiencia, sobre las consecuencias de la enfermedad, la base del tratamiento y las dificultades que pueden surgirte durante el mismo. Estos son mis mensajes:

  1. La gota debe tratarse desde el diagnóstico, y no esperar a que se tenga más de un par de ataques.

La gota comienza mucho antes de sufrir el primer ataque, lo hace cuando el ácido úrico se deposita en los tejidos.

Un tercio de las personas con hiperuricemia tienen depósitos de cristales en las articulaciones sin que hayan llegado a tener ataque gotoso, pero si que provocan una inflamación de bajo grado, que se piensa es la responsable de los efectos cardiovasculares provocados por la gota y la disminución de la potencia sexual.

2. El objetivo del tratamiento es eliminar los cristales de urato de los tejidos disminuyendo los niveles de AU en sangre. En la gota de menos de 10 años de duración, los cristales pueden desaparecer en un año. Sin embargo, en una gota poliarticular, tofácea y de larga duración, con hiperuricemia marcada, se puede tardar 4-5 años en reabsorberse todos los microcristales de ácido úrico.

3. Si durante el tratamiento se tienes un ataque de gota a pesar de un buen cumplimiento terapéutico, y realizar tratamiento preventivo inicial, no debes dejar la medicación.

La mayoría de pacientes suelen tener episodios gotosos cada vez que inician el tratamiento, por lo que lo relacionan que dicha medicación no les viene nada bien.

Cuanto más eficaz es el tratamiento, más posibilidades existen que se produzcan al inicio del mismo un episodio gotoso. Para evitarlo la estrategia es tomar un tratamiento preventivo de forma paralela y pautar el fármaco de forma ascendente e incrementar el mismo lentamente en función de los niveles de uricemia.

4. Si a pesar del tratamiento adecuado y las restricciones dietéticas, es frecuente que sigan presentándose episodios de gota al principio del mismo, esto no significa que el tratamiento sea inadecuado. El número de ataques no informa sobre la gravedad, sino de la velocidad que estamos disolviendo los cristales y lo adecuado de la profilaxis en los ataques. No obstante, si tienes más de un episodio conviene que hables hablar con tú médico para modificar el tratamiento y la velocidad de disolución de los cristales.

5. Hay personas que cuidan sus hábitos alimenticios (restricción de alcohol, y refrescos azucarados, eliminación o toma muy esporádica de cerveza), pero continúan teniendo episodios gotosos. Esto es porque, el tratamiento de la gota no es dietético, sino farmacológico. La alimentación tan solo colabora en la curación.

6. Visitar a un reumatólogo ante la sospecha o el diagnóstico previo de gota, puede representar una oportunidad única para ser adecuadamente tratado. Si la gota, se deja a su evolución natural o, es tratada de forma incompleta o incorrectamente, el paciente perderá una oportunidad única de ser tratado adecuadamente y llegar a pensar que la enfermedad es incontrolable.

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