Problemas reumáticos de los músicos profesionales
El 80% de los músicos han tenido algún problema médico a lo largo de su carrera profesional. Este tipo de complicaciones no tienen un tratamiento específico a lo largo de la licenciatura de Medicina.
La mayoría afectan al aparato locomotor y son la consecuencia de las horas que dedican a su entrenamiento profesional, el esfuerzo por la perfección y, el enorme trabajo que a veces les invade por múltiples galas y conciertos. En mi práctica profesional he tenido oportunidad de tratar a distintos músicos que creían peligrar su carrera por dolencias neuromusculares que le discapacitaban en un momento de sus vidas de alta exigencia y demanda profesional. Las intervenciones médicas hacen mejorar en la mayoría de los casos, pero con frecuencia las lesiones recidivan, lo que lleva al músico a buscar terapias alternativas o alguien con mayores conocimientos en las patologías derivadas de la practica musical. El papel del médico es realizar un diagnóstico diferencial de las distintas dolencias que pueden provocarles discapacidad, tratar las mismas personalmente y/u, junto con una reeducación musical.
Este artículo, va dedicado a todos ellos. El artículo ha sido revisado por la pianista internacional Mª Luisa Cantos (www.mlcantos.com) que desde su larga experiencia y recorrido profesional ha puesto su conocimiento, experiencia lesional y el lado humano como artista. Se trata de un artículo biomédico con contrapunto musical, en el que ambos autores (dúo) se vinculan con una función didáctica reciproca de aprendizaje como lo harían dos jóvenes ejecutantes.
Introducción
Cualquier oficio, o profesión conlleva una serie de riesgos profesionales y en alguno de los casos un mayor riesgo vital. La práctica musical, no escapa ni de uno, ni de otros. Cuentan que en el siglo XVII se estilaban las batutas del tamaño de un báculo arzobispal y la forma de utilizarlo para marcar el compás era golpearlo contra el suelo. El compositor francés J. B. Lully (siglo XVII) -fundador de la francesa y autor de la obra: “Dios salve al Rey” que al parecer le plagió Haendel- estaba dirigiendo la pieza Te Deum en honor a Luis XIV cuando, en uno de los compases, se aplastó el pie derecho. La herida se complicó y una gangrena acabó con su vida.
Evidentemente, este fue un caso extremo y desgraciado, y afortunadamente para mis amigos los músicos, su profesión no conlleva habitualmente la muerte por riesgo en su trabajo. Sin embargo, existen dolencias que constituyen una experiencia turbadora no solo para el músico que la sufre, sino también para el médico que ve como la misma trasciende más allá de la vida profesional, hacia las actividades de la vida cotidiana. Pocos médicos nos dedicamos a tratar los problemas de los músicos. Por ello, el médico experto en este tipo de situaciones debe afanarse en solventar el problema que atañe a su paciente. El grado de instrucción en esta materia depende de la especialidad médica, -la especialidad médica que abarca la mayoría los problemas profesionales de los músicos es la Reumatología- , el interés personal del médico, el número de músicos de su clientela y el grado de compromiso profesional. Con estas bases, el médico debe establecer el diagnóstico, y con ello orientar a su paciente para la mejor opción terapéutica, que en la mayoría de las ocasiones no está en el campo de la Medicina (botox, relajantes musculares…), sino en la reeducación de su instrumento musical. En muchas ocasiones, el estrés, las circunstancias personales por las que ha pasado el músico, son las claves diagnósticas. En la experiencia didáctica personal de esta coautora, el estrés que a veces invade al músico para obtener los resultados deseados, le llevan a olvidar la música y conducirle hacia la deformación profesional y secundaria a los problemas neuromusculares que a continuación se describen.
La actividad que desarrollan los músicos profesionales y la complejidad neuromuscular y repetitiva que exige la interpretación musical, conlleva que frecuentemente sufran de una amplia variedad de lesiones reumáticas y del aparato locomotor que le discapacitan profesionalmente. Estas deben ser reconocidas y tratadas precozmente por el médico especialista para evitar su cronicidad.
Muchas de las dolencias están producidas por posturas inadecuadas e incorrectas y, tienen relación con el instrumento practicado (cuerda, viento o percusión) y los años de práctica profesional. El reconocimiento precoz de estas dolencias mejora el pronóstico.
Son comunes en todos los músicos independientemente del instrumento: Patologías por sobrecarga, distonias focales, estrés y riesgos profesionales dependientes del ambiente y la personalidad premórbida del músico.
- PATOLOGÍAS POR SOBRECARGA MUSCULO-TENDINOSA (Mialgias, tendinitis, contracturas, dolores regionales, síndromes de atrapamiento neural):
Se encuentran en relación con el tipo de instrumento, las condiciones físicas del músico (por ejemplo: las personas con manos pequeñas pueden encontrar dificultades frente a los instrumentos de cuerda grandes, como el contrabajo) y el tipo de partituras o estudio que ejecuten. (Por ejemplo, interpretar a Mozart no requiere abrir tanto las manos como se precisa con Brahms, que compuso las piezas de acuerdo al tamaño de su propia mano, que era muy grande).
En los guitarristas es más frecuente en aquellos que posicionan los dedos de la mano izquierda en paralelo, quizás porque en esta postura las puntas de los dedos tienden a juntarse, impidiendo la apertura natural de la mano, lo que origina tensiones colaterales a la muñeca y a la musculatura del antebrazo.
Los músicos con Hiperlaxitud de ligamentos (Paganini-violín), pueden tener inicialmente alguna ventaja técnica, pero tienen una mayor predisposición a las patologías por sobrecarga y al desarrollo de artrosis precoz.
Asimismo, pocos músicos realizan ejercicio físico y una elevada proporción de ellos no tienen conocimientos sobre medidas ergonómicas o prevención de riesgos laborales.
Los músicos tendrían que tener una buena condición física, realizar media hora de ejercicio al menos 3 veces a la semana, preferentemente aeróbico (correr, caminar, bicicleta estática, cinta rodante, etc.) junto con ejercicios de estiramiento. Dependiendo del instrumento practicado, son recomendables ejercicios de fortalecimiento de musculatura respiratoria, brazos, espalda y abdominales. Es muy conveniente complementar la actividad física del músico con algún tipo de deporte. El músico suele pasar gran parte de su tiempo en una misma postura y realizando el mismo tipo de movimientos, por lo que existen partes corporales no entrenadas. Se debe de elegir el deporte que más le guste, no existen estudios que demuestren que un deporte es mejor que otros para los músicos, siempre que no sean violentos o de gran impacto.
Otras actividades también recomendables para músicos son: la Técnica Alexander, yoga, o Tai-chi. La técnica Alexander (un actor australiano-inglés, quien atribuyó su propia pérdida de voz intermitente a la mala postura de la cabeza y del cuello) es un programa de entrenamiento que enseña patrones de movimiento y posturas con el ánimo de mejorar la coordinación y el equilibrio, reducir la tensión, aliviar el dolor, eliminar la fatiga, mejorar diferentes muchos de los problemas reumatológicos que padecen los músicos, consecuencia de la sobrecarga, la repetición o a técnicas inadecuadas.
Téngase presente, que la ejecución musical obliga a una serie de ejercicios musculares, que se han de realizar de forma rápida, mantenida, intensiva y reiterada para poder llegar a la perfección. Con frecuencia los músicos noveles no calientan, o estiran antes de su práctica musical, y como en cualquier deporte, los ejercicios de calentamiento son imprescindibles para evitar lesiones, y riesgo inútiles. El músico debería calentar, estirar antes de cada prueba musical o en sus entrenamientos. En la práctica de cualquier instrumento, tiene especial importancia, el adquirir conciencia y control de la respiración, tomar correctamente el aire y dominar su expulsión.
Existen webs especializadas en de estiramientos. Cada músico debería de calentar y hacer estiramientos antes, en el intermedio y después de su práctica en función del grupo muscular que más trabaje y de las lesiones más frecuentes y de riesgo en su práctica musical: ejercicios respiratorios, de manos, raquis cervical, dorsal y lumbar etc. Los mismos te darán flexibilidad en el movimiento de los dedos. Cuando se realizan estos ejercicios no deben de provocar dolor o disconfort, El músico debe adaptarse de forma continua a su instrumento, con ello lograra controlar, dirigir y dominar su herramienta de trabajo y que por la que fluya de forma natural la musica (meta de cualquier interprete)
A continuación se describen las dolencias particulares por sobrecarga que conlleva cada instrumento:
PIANO y TECLADOS:
- Dorsalgias y Lumbalgias
- Síndrome del túnel del carpo
- Atrapamiento del cubital
- Atrapamiento del el interóseo radial
VIOLIN, VIOLA:
- Epicondilitis
- Tendinitis del manguito de los rotadores
- Disfunción de articulación temporomandibular
- Almohadillas de Garrod
- Artrosis y espondilosis cervical
- Parálisis motoras del cubital e del interóseo radial
VIOLONCHELO:
- Epicondilitis
- Síndrome del desfiladero torácico
- Lumbalgia
BAJO:
- Lumbalgia
- Parálisis motoras.
CLARINETE, OBOE:
- Distensión muscular del 1º espacio semimembranoso
FLAUTA:
- Disfunción de articulación temporomandibular
- Atrapamiento del interóseo palmar
- Síndrome del desfiladero torácico
TROMPETA:
- Rotura del orbicular de los labios (Síndrome de Satchmo) – en honor a Louis Amstrong, alías: Satchmo, Pops. Al insuflar aire en la embocadura trabajan 12 músculos. El principal síntoma es el dolor, sobre todo en las notas altas, cuando la presión del labio es mayor y el labio empieza a vibrar.
- Cervicalgias, artrosis cervical
SAXOFONISTA:
- Síndrome del desfiladero torácico
- Se favorece el retrognatismo (es decir, que al cerrar la boca no encajen los dientes y los incisivos superiores sobresalen con respecto a los inferiores, que quedan hacia atrás).
GUITARRISTA, ARPA
- Patología por sobrecarga, distonias
- Cervicalgias
- DISTONIAS FOCALES
Se trata de un trastorno dominado por contracciones musculares sostenidas, que frecuentemente originan movimientos repetitivos y de torsión, que pueden inducir posturas anómalas de una o más áreas corporales (También son llamados calambres ocupacionales).
Son frecuentes tanto en instrumentos de cuerda (guitarristas, violinistas, violistas, pianistas) o viento (trompeta, flauta, clarinete o saxo). En los instrumentos de viento se denomina: distonia de la embocadura.
En los instrumentos de cuerda, ocurren principalmente en la mano izquierda. Los dedos que quedan más afectados suelen ser el meñique y el anular. Cuando les sobreviene la rampa se quedan inútiles, contraídos o extendidos momentáneamente, sin responder a la voluntad de la persona: tocar el instrumento, en este caso. Un calambre similar puede producirse en el violinista, cuando inclina el violín hacia adelante. Es difícil diferenciar a veces entre una distonia, un pinzamiento nervioso y una sobrecarga muscular, y eso es algo vital a la hora de hacer un buen diagnóstico. Los síntomas iniciales son rigidez o tirantez del miembro superior, debilidad o cansancio, calambres, pérdida del control manual, disminución de la agilidad o destreza manual y en los movimientos de ejecución.
La distonía bucal de los instrumentista de viento o distonia de la embocadura (trompetista, flautistas,..) son una serie de movimientos musculares involuntarios en la boca. Se suele acompañar de movimientos de descoordinación de la lengua y respiración que impiden la emisión controlada del sonido.
Los síntomas iniciales son: Incapacidad para controlar la lengua en el ataque (La musculatura lingual se agota fácilmente, y se sobrecarga la musculatura mandibular y del cuello. El picado es torpe). Incapacidad para conformar la embocadura (Los labios no encuentran su posición en la boquilla, se originan muecas y tensión en el rostro. Son frecuentes las fugas de aire). Síntomas respiratorios (Gran tensión en los músculos abdominales y diafragmáticos. La glotis impide el paso del aire. Sensación de ahogo y angustia respiratoria). Síntomas Generales (Desmotivación a la hora de iniciar cualquier pieza musical. Fatiga psicofísica al poco tiempo de empezar cualquier práctica. Síntomas ansiosos, de impotencia y disminución de autoestima).
Independientemente el instrumento, muchos músicos describen la situación que les ocurre de un día para otro, pero un repaso retrospectivo en su práctica profesional, revela que los problemas se iniciaron al menos un año atrás. Se trata de una situación reconducible en la mayoría de los casos. La rehabilitación es dura puede durar años, y precisa de una gran voluntad, disciplina, e implicación del músico-paciente para su recuperación.
Cuando alguien toca un instrumento musical, la mayoría de las áreas del cerebro están activas. La música es una combinación de tareas. Los músicos leen las notas, sienten las teclas, mueven los dedos y escuchan lo que están tocando y todo al mismo tiempo.
El sistema nervioso central de los músicos parecen tener aéreas más desarrolladas que la población general. Una de esas áreas es el cerebelo (parte del sistema nervioso central que se encarga de la coordinación y el equilibrio). En el cerebelo, la cantidad de neuronas por centímetro cubico es mayor que en el propio cerebro y la velocidad del procesamiento nervioso es más veloz. Otra de esas áreas es el cuerpo calloso (es la parte del cerebro que conecta ambos hemisferios, y sirve para sincronizar los dedos de la mano derecha e izquierda). ¿Es la música la que forma al cerebro o es el cerebro el que forma a la música?. Posiblemente sean las dos, ambos se potencian mutua y recíprocamente.
Se requieren años para que los dedos alcancen el dominio y virtuosidad que conduzca a un músico al éxito. Que desesperación que las manos se nieguen a realizar los mismos movimientos de siempre, y que de un día para otro los dedos ya no obedezcan, que no encuentren la tecla o el traste de guitarra automáticamente. Las manos lo son todo para un pianista que no respondan como debieran puede significar el fin de su carrera.
Pero ¿A qué se debe este trastorno? En la gran mayoría de los casos no está producido por daño estructural neuromuscular, sino a un cambio progresivo e inadvertido de las rutinas de la práctica profesional, al que se asocia un cambio en el comportamiento. Suele ser el resultado de un trabajo integral equivocado a lo largo del tiempo. Por tanto, son reversibles si se establecen de nuevo las pautas correctas de técnica musical. Para superar la técnica y concentrarse en la interpretación, Mª Luisa Cantos hace consciente cada uno de los movimientos de la partitura. Una vez el movimiento está estudiado se puede superar y olvidar el mismo. En este momento la música discurre de forma natural. Se sublima el estudio técnico para transmitir el espíritu de la obra musical y que pueda trascender al oyente. Su lema es: “La música por si misma da el camino y la solución a la técnica”
Muchos de estos automatismos se activan o ponen en marcha de la misma forma que fueron creados (momentos antes de la emisión del sonido) y van a comprometer la ejecución con contracturas y descoordinación neuromuscular.
Por tanto no tienen indicación los relajantes musculares, las infiltraciones de toxina botulínica, etc. sino un trabajo de desprogramación de los automatismos psíquicos responsables de la disfunción. Para obtener resultados es necesario una fuerte voluntad, tenacidad, trabajo sistemático evadiendo los arrebatos emocionales cuando no se obtienen resultados tan rápidamente como se desean.
Las distonias aparecen principalmente en los músicos que dependen de la rapidez y coordinación de sus movimientos digitales. Uno o varios dedos se engarrotan al tocar una pieza musical. Los dedos ya no son capaces de reproducir con naturalidad y elegancia los movimientos de antes. La respuesta podría ocultarse bajo las circunvoluciones del cerebro, las manos se controlan desde la corteza cerebral, tras muchos años de ejercitación, los movimientos de los dedos se han quedado grabados en la corteza con conexiones neuronales fijas como un patrón marcado a fuego. ¿Entonces, porque de pronto un dedo comienza a moverse de una forma diferente?. Esto es un misterio, porque la mano continua realizando los demás movimientos, por ejemplo, escribir o cualquier otra actividad sin ninguna dificultad. El trastorno de las manos se ve reflejado en la región del cerebro que controla la sensación sensorial de los dedos, que parece haber sufrido alteraciones. Lo normal es que cada dedo le corresponda una región cerebral, en cambio en la distonia focal del músico estas regiones parecen fundirse unas con otras abarcando hasta 4 dedos.
Es posible entrenar la mano para revertir el proceso. El cerebro debe olvidar patrones de movimientos erróneos y reemplazarlos por otros nuevos. Un proceso arduo, porque los dedos deben aprenderlas techas o la colocación de los dedos en el mástil de la guitarra, el violín o la embocadura de la trompeta y reemplazarlos por otros nuevos. Un proceso arduo, porque los dedos deben aprender las teclas o las cuerdas de un modo distinto. Este proceso puede durar de 6 meses a un año a modificar los movimientos.
Muchas de las rutinas que se realizan durante el desarrollo profesional se almacenan en el inconsciente y se ponen de manifiesto de modo automático ante determinadas reacciones o vicisitudes, de tal forma que una vez iniciada, es difícil de modificar a nuestra voluntad, a no ser que seamos consciente de la misma e intentemos modificar poniendo en relación la consciencia y el inconsciente y los mecanismos psicológicos que operan en su presentación.
- EL ESTRÉS
En cualquier músico: Contribuye a crear problemas motores y favorece la hiperhidrosis de manos y cara
- OTROS RIESGOS PROFESIONALES:
Desgraciadamente el mundo artístico no está exento de otros problemas médicos graves como el resto de la población: abuso de drogas, infección por virus de inmunodeficiencia humana, enfermedad mental.
Artículos realizado por Dr. Ponce
Fecha del artículo: 20 julio 2010
publicado 24 julio 2010
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