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Recomendaciones para el calzado del paciente reumático

En mi práctica profesional he comprobado que la mayoría de pacientes reumáticos utilizan calzado con «características deficientes entre las que se incluye, poca amortiguación, falta de apoyo, tacón alto y calzado que dificultan los movimientos del pie y el tobillo. Acostumbro a valorar el calzado que utiliza el paciente, pues la selección de un calzado adecuado es un tema que hay que acordar con el paciente, para reducir su dolor y su discapacidad y la necesidad de cuidados de sus pies

Los dolores y la mala dinámica deambulatoria que ocasionan las patologías más frecuente del pie (Hallux valgus -juanetes-, espolones calcáneos, fascitis plantar, dedos en garra o martillo, pie plano, cavos, metatarsalgias, neuroma de Morton, enfermedad de Freiberg, de Haglund, o el pie reumático) empeoran otros cuadros reumáticos alejados del pie, como la artrosis de rodilla, cadera o lumbar. Si además se utiliza un calzado inadecuado, las patologías reumáticas se agravan.

Existen pocos estudios que nos permitan identificar cual es el calzado más adecuado, que además sea económico y accesible. Uno de estas investigaciones, es la realizada en pacientes gotosos de Nueva Zelanda, por Keith Rome, 1. En ella, se evaluaron las preferencias de calzado de los pacientes, y llegaron a la conclusión que los pacientes gotosos suelen utilizar un calzado inadecuado que acentúa sus dolores, y puede llegar a provocar otras complicaciones.

Esto que ha sido constado en la gota, ocurre igualmente en pacientes con artritis reumatoide, espondilitis, lupus, artrosis, fibromialgia y Ehlers Danlos, por nombrar algunas de las enfermedades reumáticas en los que con mayor frecuencia ocurre.

Por ejemplo, las sandalias que parecen a priori un calzado confortable, y más para el verano, normalmente empeoran los dolores de pies, rodillas, caderas y raquis lumbar.

Calzados recomendables son: las zapatillas de deporte tipo Runnig, zapatos especiales para caminar, zapatos tipo «oxford» para actos sociales, o tipo MBT.

Calzados que puede agravar los dolores de patologías reumáticas son las: sandalias, chanclas, bailarinas, manoletinas, zapatillas o mocasines.

Este tipo de calzado tiene una suela fina, carente de amortiguación, lo que obliga a nuestro pie a absorber directamente los impactos contra el suelo, además de no ofrecer un adecuado apoyo para el arco del pie, ni el talón.

El calzado no debe apretar el tobillo, ni la anchura del pie. Cambie de zapato si el zapato es antiguo y muestra signos de deterioro o desgaste excesivo.

Los criterios que siguen los pacientes reumáticos cuando van a comprarse unos zapatos son la comodidad, el ajuste, el apoyo y el coste en este orden de importancia. Sin embargo, en algunos pacientes, el coste es un factor importante a la hora de seleccionar su calzado, lo que sugiere que el coste puede provocar en los pacientes que adquieran un calzado inadecuado.

Intervenciones terapéuticas orientadas a buscar el calzado más adecuado para el paciente, se asocian con una reducción de dolor en el pie, deficiencia y discapacidad en personas con patologías reumáticas.

REFERENCIAS

  1. Rome de Keith Mike Frecklington Peter Mcnair Peter Gow Nicola Dalbeth. Footwear Characteristics and Factors Influencing Footwear Choice in Patients With Gout. Arthritis Care & Research. Vol. 63, No. 11, November 2011, pp 1599 –1604. https://Doi.org/10.1002/ACR.20582

Doctor Ponce

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